Las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs) han jugado un papel clave durante el contexto pandémico que vivimos el último año y que seguimos atravesando.
En ese sentido, en lo que respecta a servicios sanitarios, resulta indiscutible que la telemedicina ha ganado mayor impulso y todo parece indicar, que su adopción en la cotidianidad de las personas y los profesionales médicos seguirá en ascenso, considerando los múltiples beneficios que trae asociados para ambas partes.
Beneficios para pacientes
Democratiza el acceso a la sanidad
La telemedicina iguala entre individuos el acceso a la asistencia tanto general como especializada, brindando un servicio de calidad indistintamente de su ubicación geográfica y evitando largos viajes del paciente y sus familiares. Se estima que el 5% de los desplazamientos surgen por motivos sanitarios.
Evita demoras en el diagnóstico
Un diagnóstico temprano agiliza el inicio del tratamiento correspondiente, y consecuentemente se reduce la posibilidad de complicaciones para el paciente. Las llamadas “enfermedades silenciosas” se las denomina así porque no generan síntomas hasta que el cuadro se vuelve irreversible, y de ahí surge la importancia de una detección temprana, como puede ser el caso de un glaucoma, que resulta evitable con controles anuales con un oftalmólogo.
Resulta eficaz en los casos de accidentes
Contar con asesoría médica telemática para gestionar el accionar previo a la llegada de los servicios de emergencia, en el contexto de un accidente, puede disminuir la posibilidad de problemas permanentes, e incluso la mortalidad. Según la OMS, en accidentes viales, mueren aproximadamente 1,35 millones de individuos en el mundo y entre 20-50 millones sufren traumatismos no mortales, pero se advierte que si se mejorase la intervención de los no-profesionales durante los primeros auxilios se reducirían los riesgos de discapacidad de los lesionados e incluso la mortalidad.
Reduce los tiempos entre la atención primaria y la derivación al especialista
Hemos visto cómo la pandemia ha generado demoras y listas de espera eternas para que pacientes puedan acceder a consultas especializadas, incrementando el riesgo de mortalidad asociado a condiciones de salud preexistentes. La telemedicina evita que una derivación le insuma al paciente el doble de tiempo para obtener el tratamiento que requiere.
Evita la exposición a infecciones intrahospitalarias
En el mundo más de 1,4 millones de personas son afectadas por infecciones vinculadas a la atención sanitaria en el hospital, y en países subdesarrollados el riesgo de infección es preocupantemente elevado. La telemedicina permite acceder a una consulta sin necesidad de acudir a un hospital o una clínica, y desde la seguridad de su hogar.
Reduce la automedicación
La automedicación es una práctica más habitual de lo que se piensa, y en general, vinculada a la dificultad y/o tardanza en el acceso a una consulta médica, pero que puede ocasionar reacciones peligrosas a la salud. Tomar medicamentos sin la correspondiente recomendación médica podría alterar la enfermedad, o incluso enmascararla, dificultando un diagnóstico correcto y exponer al paciente a un riesgo evitable. La automedicación, en el caso de embarazadas, puede generar daños tanto a la gestante como al feto dado que existen fármacos de fácil absorción por parte de la placenta.
Beneficios para los profesionales de la salud
Agiliza las interconsultas
La telemedicina brinda mayor rapidez para efectuar interconsultas con especialistas, evitando derivaciones innecesarias.
Sincroniza las consultas con pacientes
Optimiza los tiempos entre consultas, al poder gestionar varias en simultáneo y reducir los periodos ociosos.
Brinda acceso a historiales médicos completos
Se cuenta con un historial médico único que ayuda en la evaluación integral del paciente, reduciendo errores en la prescripción de medicamentos y/o tratamientos en general.
Mejora la preservación de la documentación clínica
Al tener centralizada digitalmente toda la información se evita su pérdida y su duplicación.
Optimiza el uso de los recursos médicos
Mejora la utilización y el aprovechamiento de los recursos médicos que suelen escasear por falta de presupuesto.
Facilita la generación de informes estadísticos
Poder documentar de forma digital toda la información captada de cada paciente que consulta, habilita una base de datos de utilidad tanto en la generación de más elementos de juicio para la toma de decisiones como en la formación continua de los profesionales.
La telemedicina como herramienta estratégica
Cabe destacar que la telemedicina apunta no sólo a ser un complemento a la medicina presencial en la realización de diagnósticos médicos y en el seguimiento de tratamientos, sino que se proyecta como una herramienta estratégica en la erradicación de aquellas enfermedades evitables, e incluso en la predicción de riesgos de complicaciones postoperatorias.
Es así como la telemedicina no puede resumirse como una mera transmisión de información médica a distancia, sino que debemos considerarla como un medio de comunicación, de consulta y de formación continua de profesionales de la salud que permite una mejor atención integral del paciente y su acompañamiento.
Resulta sumamente relevante el tener presente que dentro de este vínculo médico-paciente la privacidad es esencial, al igual que ocurre en la medicina tradicional. La telemedicina requiere de tecnologías de transmisión de audio y video que hoy en día son mucho más accesibles, pero que a la hora de optar entre plataformas de comunicación no se debe perder de vista que estas cumplan con los estándares, tanto sanitarios como de seguridad para la protección de la información a efectos legales. Según la legislación actual de varios países, la información sobre salud transmitida y almacenada mediante plataformas tecnológicas tienen el carácter de “datos sensibles”, por lo que estos datos deben ser utilizados para el fin que fueron recabados y custodiados con el mayor rigor para evitar la vulneración de la intimidad de los usuarios.